Por Valia Carmenate, terapeuta y maestra de Reiki.

En sánscrito, la palabra chakra significa “rueda”. Tal origen nos permite entender por qué estos centros energéticos semejan una flor abierta de determinados colores, que son más o menos brillantes según el estado evolutivo de la persona.

Los chakras unen corrientes de energía que circulan por un sistema sutil; se llaman nadis. Cuando se cruzan 21 de éstos se crea un chakra mayor o principal. Existen siete principales que están unidos por un canal energético que corre a lo largo de la columna vertebral.

Cuando un chakra tiene un buen funcionamiento, estará abierto.

Girará en el sentido de las manecillas del reloj, metabolizando las energías (también llamadas chi, pana u Orión, que necesitan el campo energético del universo). Si el chakra gira en dirección contraria, la corriente energética se desplazará del centro del disco hacia afuera, interfiriendo en el metabolismo. Así, quedará bloqueado o cerrado a las manifestaciones energéticas que provienen del universo.

En muchas personas, algunos chakras vibran en muy baja frecuencia. Esto provoca diferentes síntomas en el cuerpo físico y los estados mental y emocional. Cuando lo hacen en frecuencias aceleradas, crean un estado emocional distorsionado que lleva, incluso, a la enfermedad.

Es importante que las personas tengan conocimiento sobre los chakras y sepan cómo armonizar su propia energía. Puede hacerse con meditación o al elevar el estado de conciencia, que es la mejor forma de mantener el cuerpo, la mente y las emociones en perfecto estado de salud. De esta manera, puede alcanzar- se el crecimiento espiritual, la llave que abre las puertas de la abundancia en todas las áreas de la vida.

VISIBLES O INVISIBLES

En general, los chakras no son visibles. Se perciben sólo si existe en la persona la visión de los cuerpos sutiles, lo cual sucede al activarse el nervio óptico por el trabajo desarrollado espiritualmente. Sin embargo, visibles o invisibles, los chakras siempre están activos. Nuestra percepción de ellos es similar a la que podemos tener del viento: no se ve, pero se siente (aunque en el caso de los chakras, la energía puede ser palpada y así se sabe en qué frecuencia está vibrando). Pese a que se encuentran en el cuerpo sutil, se dice que tienen un lugar en el cuerpo físico.

La función de los chakras es mejorar la salud física, mental, emocional y espiritual de las personas, al proporcionar un sentimiento de bienestar. Mantener los chakras armonizados ayuda a mantener un mejor control de todo el cuerpo, las emociones y la mente. Esta armonía facilita el camino del crecimiento espiritual para llevarnos a un equilibrio entre la vida material y la espiritual. Los chakras, al estar relacionados con aspectos psicológicos, ayudan en el desarrollo y la ampliación de la autoconciencia al producir un efecto de ecuanimidad y equilibrio interior.

Mediante los chakras se percibe la energía del exterior, la información del mundo que nos rodea. Por ello,
si alguno está bloqueado o cerrado, la información es alterada y estaría en resonancia con nuestra propia información. Por ejemplo, si alguien se encuentra triste, ve que las nubes al cubrir el sol hacen que el sol esté triste. Es su percepción de acuerdo con su realidad. Todos los chakras están interrelacionados: lo que afecta a uno repercute en otro positiva o negativamente.

Los chakras son como ventanas que nos conectan con el universo, donde nuestro cuerpo físico se nutre de energía vital. En el plano físico, dichas ruedas se encuentran asociadas con el sistema endocrino; es decir, con alguna parte de nuestro cuerpo.

Estos centros energéticos vibran a diferentes niveles de frecuencia según la persona y pueden ser tan brillantes a partir del crecimiento y el desarrollo espiritual de quien se trate. Su tamaño es variable, incluso en el mismo cuerpo.

Los chakras llevan implícito un color, una nota musical, un tipo de yoga o un sonido, mediante los cuales podemos meditar y visualizar su armonización. Es de suma importancia aprender a limpiar y armonizar los chakras para obtener un verdadero beneficio a nivel mental, emocio- nal, físico y espiritual.

Al paso del tiempo, se ha perdido la conexión con la divinidad, al fijar la atención en lo material. En este tiem- po de cambios en nuestro planeta, que implican una transformación en nosotros mismos, es indispensable integrar las energías universales en el plano físico mediante el conocimien- to, la comprensión y la práctica.

Autora:Valia Carmenate

contacto@bioenergiacuantica.com