Por Valia Carmenate, terapeuta y maestra de Reiki.

La reflexología es una técnica de diagnóstico y tratamiento. La más común es la reflexología podal; es decir, la que se practica en los pies. También pueden estimu- larse las zonas reflejas de manos, cara y orejas. A través de esta técnica, se armoniza el cuerpo y se liberan tensiones y enfermedades.

Esta técnica nació hace 5 mil años, en India, Egipto y China. En el Río Nilo se hallaron jeroglíficos que han puesto de manifiesto su uso en la antigüedad. En India, existen dibujos que muestran a Buda con símbolos reflejados en los pies. Esta forma de sanación se introdujo en Occidente por el otorrinolaringólogo William Fitzgerald, quien definió 10 zonas o canales de energía a lo largo de la superficie del cuerpo, que consideró los caminos por los que fluye la energía vital de las personas.

Dichos caminos, que se conectan a través de la espina dorsal con el cerebro y todo el cuerpo, terminan en las manos y los pies. Cuando se experimenta dolor o alteración en alguna parte del cuerpo, puede aliviarse al aplicar presión en la zona del pie o mano que corresponde al lugar afectado. La reflexología no utiliza medicación, sólo es dar un tipo específico de masaje en la zona correcta. Esto provoca que la energía del cuerpo fluya siguiendo las rutas adecuadas, al conectar cada órgano y glándula con su punto final en los pies, manos u otra parte del cuerpo.

Cuando las posibles rutas se encuentran
bloqueadas y existe
alguna sensibilidad en
estos puntos, se indica
que el malestar o la
condición del cuerpo
puede estar en alguna
parte diferente a la zona sensible. Hacer masaje en puntos reflejos
particulares permite
destapar los canales,
restaurar el flujo de energía y, al mismo tiempo, aliviar cualquier daño.

La reflexología es efectiva para aliviar dolores de espalda, cabeza, dientes, desórdenes digestivos, estrés, tensión nerviosa, resfriados, asma, artritis y malestares en el hígado. Incluso, permite predecir enfermedades.

Reflexología

Como toda terapia complementaria, la reflexología atiende todos los aspectos del ser y logra su integridad. En el plano físico, alivia el dolor; en el energético, brinda una mejor fluidez de la energía; en el emocional, ayuda a la liberación; y en el mental, contribuye a la apertura de la conciencia.

Para lograr el mejor resultado, los recursos que se aplican son diferentes. Además de los dedos del terapeuta, máquinas vibradoras y rodillos de madera, pueden emplear- se aceites esenciales, aromaterapia, cremas y Flores de Bach.

En los casos que llevan tratamientos médicos tradicionales, la reflexología es un excelente complemento, al relajar y equilibrar el organismo. La acción del masaje de reflexología produce un efecto tranquilizante que aumenta el flujo sanguíneo y permite un beneficio general al cuerpo. Para dar el masaje, hay que visualizar al cuerpo humano superpuesto en los pies. Cada pie representa una mitad del cuerpo.

La reflexología puede ser aprendida de forma sencilla para uso personal y diario, excepto en

algunas zonas reflejas, como el corazón, que requiere la experiencia de un terapeuta. Esta técnica puede ser aplicada siempre que se haga una valoración personalizada. En personas muy sensibles, debe cuidarse la presión que se ejerce; y en adultos mayores estar atento a su estado de salud.
No debe darse reflexología en casos de diabetes, padecimientos cardiacos, osteoporosis, flebitis, problemas de tiroides y artritis en los pies.

Al igual que otras terapias alterna- tivas, en algunos casos se producen reacciones al tratamiento, que son la forma en que se libera el cuerpo de un determinado padecimiento. La reflexología es una técnica de sanación que continuará expandiéndose por sus magníficos resultados, los cuales necesitan varias sesiones para lograr el equilibrio adecuado en la persona.

Autora:Valia Carmenate

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